Con el advenimiento de la democracia, los principios establecidos en subase, comenzó a dominar en todos los ámbitos de la vida humana. Bueno o malo, el tiempo lo dirá. El tema de la vivienda también cayó en la nueva era, en la que una persona determina de forma independiente lo que necesita, cómo actuar de manera más inteligente. La generación mayor no pensó en convertirse una vez en los propietarios de sus casas, ya que la propiedad, uso y disposición de la misma estaba implícita sin confirmar el estado de propiedad.
Inicialmente, a todos les gustó la idea.Y comenzó la privatización general. Después de registrar sus apartamentos en la propiedad, muchas personas lamentaron posteriormente el paso dado, ya que el propietario es responsable de las obligaciones de mantenimiento del espacio habitable y el territorio adyacente, que anteriormente eran responsabilidad de los organismos estatales. Pintar entradas, limpiar sitios, cambiar bombillas en los pisos, todo esto recayó sobre los hombros de los nuevos propietarios.
Debo decir que tal terquedad de las autoridades no esquedó sin respuesta. La gente volvió a hacer fila en interminables colas para realizar consultas para completar un paquete de documentos. La extensión de la privatización fue otra etapa en la transferencia de responsabilidades estatales a los propietarios. Como resultado, que fue resumido por la Duma del Estado en la última sesión de invierno en diciembre de 2007, los resultados fueron significativos, pero no satisfactorios. Quedaba alrededor del 20% de la población total de la Federación de Rusia que no quería o no tenía tiempo para privatizar su vivienda. La pregunta era si vale la pena comenzar de nuevo la extensión de la privatización y si se resolverá el problema con el 20% restante.
Los debates en los medios de comunicación y las autoridades públicas no sonse quedó en silencio. Cada uno intentó a su manera convencer o, a la inversa, disuadir a la gente de la privatización. Las disputas llevaron al hecho de que se llevó a cabo la extensión de la privatización. Se nombró el año 2015, que deberá completar todas las acciones que estarán asociadas con el registro gratuito de propiedad de la vivienda. Después de eso, el propietario fallido solo podrá comprar su casa en el estado mediante compra y venta.
La Duma del Estado enfatizó que la extensión de la privatización ya no estaría en la agenda. Este es el último período, que debería poner fin a la persuasión a largo plazo de la población.